DOLOR EN LA CARA LATERAL DEL TOBILLO
Los músculos peroneos forman parte del compartimento lateral de la pantorrilla. Descienden lateralmente a lo largo del peroné, pasando por detrás del maléolo externo del tobillo, dirigiéndose hacia la parte lateral y plantar del pie.
Los músculos peroneos son vitales para controlar la estabilidad dinámica lateral del tobillo, son los primeros en contraerse en respuesta a una tensión de inversión repentina del mismo. Cuando nos torcemos el tobillo hacia dentro por una mala pisada (inversión repentina), son las primeras estructuras que entran en acción para evitar todo lo posible esta inversión forzada y recuperar la estabilidad inicial del tobillo. Importante para evitar los esguinces de tobillo.
El peroneo corto proporciona un 63% de la capacidad de eversión total de tobillo y ayuda a la flexión plantar del pie. El peroneo largo actúa realizando una flexión plantar y eversión del pie.
Las lesiones de los tendones peroneos son frecuentes, la persona padece dolor crónico en la región lateral del tobillo y se confunde fácilmente con un esguince de tobillo.
La tenosinovitis es una de la amplia variedad de diferentes patologías de los tendones peroneos como la tendinitis, tendinosis, roturas parciales o completas, inestabilidades, subluxaciones y luxaciones.
– Esta patología, está asociada a lesiones traumáticas. El paciente refiere antecedentes traumáticos. También puede ser secundaria
a un traumatismo, estrés por repetición, enfermedades reumáticas o por infección.
– Se encuentra habitualmente en pacientes con inestabilidad crónica de tobillo, generalmente como resultado de actividades deportivas repetitivas y/o prolongadas. Y en torceduras y esguinces de tobillo.
– Se observa en personas de todas las edades y grupos de actividad, pero se observa comúnmente en bailarines, corredores, en deportes de contacto y/o con cambios de dirección frecuentes.
Clínicamente se presenta como un dolor crónico en la región lateral del tobillo que empeora con la actividad física, a veces pudiendo sentir crepitaciones o chasquidos. Suele presentarse con edema y tumefacción en la zona lateral del tobillo, siendo sensible al tacto.
Ecográficamente, puede verse el engrosamiento y vascularización de la vaina sinovial, los tendones suelen estar preservados, aunque algunas veces también se observa un engrosamiento de los mismos.
RESULTADOS DE IMAGEN
La ecografía es una prueba ideal para determinar la presencia de tenosinovitis de los tendones peroneos.
La ecografía ofrece la ventaja de obtener imágenes “dinámicas” en tiempo real del estado de las diferentes estructuras posiblemente afectadas.
La resonancia magnética nuclear proporciona la evaluación más detallada de la patología. Aunque es una poderosa herramienta de imagen, debe tenerse en cuenta que sus hallazgos no siempre se correlacionan con patología clínicamente relevante. Si puede demostrar patología concurrente del tobillo responsable de los síntomas.
TRATAMIENTO DE LA TENOSINOVITIS DE LOS MÚSCULOS PERONEOS
Cuando no se trata, la tenosinovitis de los tendones peroneos pueden provocar dolor lateral persistente en el tobillo y problemas funcionales sustanciales.
Por lo general, responden bien al tratamiento conservador, médico y fisioterapéutico. Si el tratamiento conservador fracasa, se opta por el tratamiento quirúrgico.
TRATAMIENTO FISIOTERAPEÚTICO
El primer objetivo es normalizar el estado de las estructuras dañadas y disminuir la sintomatología.
Dependiendo de la evolución se puede trata con Osteopatía, Laserterapia, Indiba Activ therapy, EPI, Neuromodulación Percutánea Ecoguiada, Sistema Súper Inductivo y si hiciera falta colocar un vendaje. A medida que se van normalizando las estructuras y disminuyendo el dolor, se realiza la recuperación neurofuncional activa para obtener una correcta función de la musculatura peronea.
Una vez recuperadas las estructuras afectadas y su función, es importante realizar una correcta readaptación para conseguir un buen tono y control neuromuscular y poder realizar en óptimas condiciones la actividad física específica del paciente. Ya sea tanto una actividad deportiva como la realización de cualquier actividad de la vida diaria.
Cuando una estructura se lesiona si no se realiza una correcta prevención, tiene un 30% de posibilidades de recidiva. Esto quiere decir que, desde su total recuperación, el paciente debe de seguir un protocolo de prevención y mantenimiento de los músculos peroneos y así evitar una nueva recaída mientras realiza su actividad física con normalidad.