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ROTURA DEL TENDÓN DEL CUÁDRICEPS

Tendón del cuádriceps

El cuádriceps es un músculo que se compone de cuatro vientres musculares (de ahí su nombre). Se sitúa en la cara anterior del muslo, siendo uno de los músculos más fuertes de nuestro cuerpo. La rotura del tendón del cuádriceps es una lesión muy poco frecuente pero a la vez muy severa e incapacitante. Suele ocurrir a partir de los 40 años y edad promedio en la que se suele dar esta patología son los 50 años.

Unos de los factores de riesgo de esta lesión son afecciones que debilitan la estructura del tendón como la diabetes, gota o artritis reumatoide.

Es una patología con poca incidencia lesiva pero muy incapacitante.

El mecanismo lesional suele ocurrir cuando hay una caída y se intenta evitarla, la rodilla se encuentra en flexión y está soportando una tensión de tracción máxima. Cuando la persona intenta extender la rodilla para ponerse de pie, la fuerza del tendón del cuádriceps no puede soportar la tensión y rompe.

La rotura de este tendón provoca un intenso dolor en rodilla y en la cara anterior del muslo. El cuádriceps se retrae produciendo una deformidad en la cara anterior del muslo y se puede observar un hundimiento entre el músculo retraído y la parte superior de la rótula.

Los pacientes suelen sentir y escuchar un chasquido en el momento de la rotura del tendón y se produce una gran impotencia funcional al no poder extender o flexionar la rodilla por el intenso dolor.

Si la rotura del tendón cuadriciptial no es completa, se puede confundir con síntomas de otras estructuras de la rodilla. Por eso, la prueba diagnóstica más eficaz para esta lesión es la resonancia magnética nuclear.

Imagen de una rotura del tendón del cuádriceps

El tratamiento de esta lesión es frecuentemente quirúrgico.

Si la rotura es parcial, se valora tratamiento conservador en pacientes que no tengan mucha demanda funcional. Si la rotura es completa, el tratamiento es quirúrgico y recomendable antes de las primeras 72 horas. Cuanto más tiempo se tarde en intervenir, peor es el pronóstico de una buena recuperación.

Después de dos días de ingreso en el hospital con la pierna inmovilizada, el paciente puede empezar a apoyar la pierna a partir de la segunda o tercera semana y con una rodillera que limita la flexión de la rodilla, con ganancia progresiva de grados de flexión hasta la octava semana aproximadamente cuando ya se prescinde de ella por indicación médica.

A partir de la sexta semana, aproximadamente, se puede iniciar el tratamiento de Rehabilitación para la ganancia de movilidad de la rodilla y fuerza del miembro inferior lesionados.

Alrededor de los 3 meses con el rango articular de movilidad de la rodilla recuperado por completo y con un tono muscular aceptable, se inicia la Readaptación/Ejercicio Terapéutico de los tejidos para empezar a someter al cuádriceps (y todo su miembro inferior) de forma progresiva a mayor intensidad y estrés hasta poder conseguir una recuperación total.

Este proceso de Readaptación/Ejercicio Terapéutico hasta la recuperación total es apoyado por sesiones de Rehabilitación, para así, ir normalizando, estabilizando la zona lesionada y acelerando los procesos de recuperación mediante dosis terapéuticas de Fisioterapia Biorregenerativa para una recuperación con la mayor efectividad posible que suele tener un plazo de recuperación cercano a los 6 meses.

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