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Lumbociatalgias por hernias discales

Lumbociatalgias por hernias discales

Entre los factores de riesgo más frecuentes de sufrir lumbociatalgias por hernias discales destacan la obesidad, edad, tipo de ejercicio físico, tipo de trabajo y el hábito de fumar

Las Hernias Discales constituyen un importante problema de salud pública, que causa absentismo laboral en personas laboralmente activas y la disminución de la capacidad de realizar, con normalidad, actividades propias de la vida diaria.

Sin descartar la pérdida de capacidad de la actividad física que cada persona suela realizar para un correcto acondicionamiento físico y un mantenimiento saludable.

Se calcula que cada año un 5% de la población tendrá dolor lumbar y que el 90% de los seres humanos lo sufrirá al menos una vez en su vida.

En Europa de las enfermedades consultadas, el 10-15% corresponde a dolor lumbar y el 25% de estos pacientes lo tiene con irradiación ciática.

La columna vertebral está formada por 24 huesos individuales llamados vértebras, las cuales, se disponen por toda la espalda conectando el occipucio (cabeza) con el sacro (pelvis). La función de las vértebras es proteger la medula espinal, el sistema nervioso central.

Las raíces nerviosas son los nervios principales que salen de la medula espinal y van a dar la inervación periférica a todo el cuerpo. En la columna vertebral, los cuerpos vertebrales están separados por unas almohadillas planas que reciben el nombre de discos intervertebrales.

El disco intervertebral se compone fundamentalmente de dos estructuras: el núcleo pulposo y el anillo fibroso:

  • El núcleo pulposo se sitúa en el centro del disco intervertebral compuesto por un gel de mucoproteinas y polisacáridos, cuyo objetivo es la correcta distribución de las fuerzas que recibe el disco intervertebral. Su contenido de agua inicial es de entre el 70-90% y se va deshidratando progresivamente con la edad.
  • El anillo fibroso es una capa dura y fibrosa que rodea al núcleo pulposo. Está compuesto por bandas concéntricas, bien adheridas y orientadas en diversas direcciones, fijándose firmemente sobre la plataforma superior e inferior de la vertebral superior e inferior. Las fibras externas del anillo tienen mayor resistencia que las internas.

A medida que el disco se degenera y deteriora, el núcleo pulposo atraviesa todas las capas del anillo fibroso, irritando y/o comprimiendo las raíces nerviosas.

Dependiendo del tipo de hernia discal, puede afectar a una raíz nerviosa, ya sea izquierda o derecha, o si es una hernia importante, puede afectar a las dos, dando sintomatología bilateral. Incluso puede afectar a diferentes niveles si migra hacia varios niveles vertebrales, hacia arriba o hacia abajo.

Dolores de espalda y hernias discales

En este caso, en concreto vamos a hablar de las hernias discales a nivel de L4-L5 y L5-S1 al ser las más frecuentes en la zona lumbar.

El sexo masculino es el más afectado por hernia discal. Suele aparecer en la tercera y cuarta década de la vida, porque es cuando las personas con más actividad física suelen tenerla, junto con la degeneración discal que suele comenzar a partir de los 30 años.

Entre los factores de riesgo más frecuentes destacan la obesidad, edad, tipo de ejercicio físico, tipo de trabajo y el hábito de fumar. Las patologías espinales son mucho más frecuentes en fumadores.

Los síntomas que suele sentir el paciente unilateral o bilateralmente (si la afectación es de una o de las dos raíces nerviosas) son los siguientes:

  • Hernia discal L4-L5, compresión de la raíz nerviosa de L5:
    Existe una debilidad en la extensión del primer dedo del pie y posiblemente también del tobillo.
    Dolor irradiado lumbosacro que discurre por la nalga, baja por la cara posterolateral del muslo, cara lateral de la pierna y dorso del pie.
    Un test ortopédico positivo es la incapacidad o dificultad de andar en talones por caída de uno o de los dos pies.
  • Hernia discal L5-S1, compresión raíz nerviosa S1:
    Puede causar disminución del reflejo Aquileo, debilidad para realizar un impulso con el tobillo afecto y debilidad de los flexores de los dedos del pie.
    Dolor irradiado lumbosacro que desciende por la nalga, cara posterior del muslo y cara lateral de la pierna y del pie.

Un test ortopédico positivo es la incapacidad de andar de puntillas con uno o los dos pies.

El objetivo del tratamiento de Fisioterapia es:

  • Reducir el dolor.
  • Recuperar el buen estado de los tejidos viscerales y musculoesqueléticos.
  • Recuperar el correcto funcionamiento del sistema nervioso central y periférico, haciendo más hincapié en las raíces nerviosas L5 y S1.
  • Dar correcta movilidad articular de todas las estructuras vertebrales, lumbosacras y sacroiliacas.
  • Tener un buen control neuromuscular y poder realizar un óptimo trabajo de mantenimiento y prevención para evitar futuras recaídas estabilizando de forma activa todas las estructuras implicadas.

El tratamiento de rehabilitación con Fisioterapia y Osteopatía es fundamental para la recuperación de patología discal de L4-L5, L5-S1 del paciente, junto con una correcta Readaptación Funcional para la vuelta a la realización de actividades de la vida diaria, la práctica deportiva amateur o profesional y la actividad laboral.

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